martes, 14 de marzo de 2017

Mi "Visual Thinking" sobre evaluación


Aquí os traigo mi aportación a través de la técnica del "Visual Thinking" de lo que para mí debería formar parte del proceso de evaluación (para más información sobre esta técnica pincha aquí).

 


La verdad es que siempre me ha resultado de gran utilizar realizar dibujos para organizar mis ideas, muchas veces todas se agolpan en mi mente y resulta difícil organizarlas, necesito ponerlas en orden y esta técnica me ayuda a llevarlo a cabo, pese a que suelo utilizarla con cierta regularidad en mi vida diaria ( me recuerda mucho a las "Historias Sociales" que utilizo en mi aula con mis alumnos TEA), no soy una experta ni mucho menos, lo hago desde mi propia experiencia y como a mí me resultan útiles.

Pero antes de comenzar a desglosar lo que para mí es o debería ser la evaluación, considero fundamental realizar una aproximación teórica al concepto, por ello, vamos a comenzar definiendo qué entendemos por evaluación.

En el diccionario la palabra Evaluación se define como: "señalar el valor de algo, estimar, apreciar o calcular el valor de algo". De esta manera más que exactitud lo que busca la definición es establecer una aproximación cuantitativa o cualitativa. Atribuir un valor, un juicio, sobre algo o alguien, en función de un determinado propósito, recoger información, emitir un juicio con ella a partir de una comparación y así, tomar una decisión.

La toma de decisiones se hace permanentemente evaluando y eligiendo lo que consideramos más acertado.

Más técnicamente podemos definirla como:

"La etapa del proceso educativo que tiene como finalidad comprobar, de manera sistemática, en que medida se han logrado los objetivos propuestos con antelación. Entendiendo a la educación como un proceso sistemático, destinado a lograr cambios duraderos y positivos en la conducta de los sujetos, integrados a la misma, en base a objetivos definidos en forma concreta, precisa, social e individualmente aceptables." (P. D. Laforucade)

"Evaluación es el acto que consiste en emitir un juicio de valor, a partir de un conjunto de informaciones sobre la evolución o los resultados de un alumno, con el fin de tomar una decisión. " (B. Maccario)

"La evaluación es una operación sistemática, integrada en la actividad educativa con el objetivo de conseguir su mejoramiento continuo, mediante el conocimiento lo más exacto posible del alumno en todos los aspectos de su personalidad, aportando una información ajustada sobre el proceso mismo y sobre todos los factores personales y ambientales que en ésta inciden. Señala en que medida el proceso educativo logra sus objetivos fundamentales y confronta los fijados con los realmente alcanzados." (A. Pila Teleña)

Ahora que ya hemos aclarado qué entendemos por evaluación, y aunque no existe un concepto único ni una definición uniforme, centrándonos en mi gráfico, debemos tener muy claro que, aunque en la realidad que nos rodea, ésta suele basarse en una mera calificación numérica, deberíamos aprender a entenderla de otra manera. De una forma en la que nos ayude a mejorar nuestra forma de enseñar, a cambiar aquello que no funciona y por consiguiente, que ayude al alumnado a avanzar de manera positiva en su proceso de aprendizaje.

¿Pero esto es posible en la realidad en la que nos movemos?

Para poder responder a esta pregunta, debemos entender que la evaluación va más allá, debemos ofrecer al niño, el cual es el principal agente tanto de la educación como de la evaluación (por este motivo le he situado en el centro del gráfico), todas aquellas medidas que le ayuden a afrontar y a resolver problemas reales, a adquirir nuevos conocimientos, que les lleven a formarse en personas plenas.

Afortunadamente y aunque tradicionalmente ha existido un claro predominio de los enfoques cuantitativos en el terreno de la evaluación educativa, en los últimos años, la situación ha cambiado significativamente, ya que desde los años 60 comenzó a aparecer un movimiento de crítica radical hacia esta perspectiva, poniendo énfasis en el análisis de los procesos antes que en los productos, así como en la necesidad de adoptar métodos de aproximación a lo educativo basados en las Ciencias Sociales, en sus modos de investigación, y no en las ciencias fisico-naturales.

La evaluación, tal y como se recoge en Real Decreto 126/2014, de 28 de febrero, por el que se establece el currículo básico de la Educación Primaria debe de ser:

  • Continúa: evaluamos antes (para saber desde donde partimos), durante (durante el proceso de enseñanza-aprendizaje con el fin de realizar los cambios que consideremos oportunos, ya que debemos entender la evaluación como una herramienta para mejorar nuestra práctica docente) y después (dónde hemos llegado y qué hemos alcanzado).
  • Formativa.
  • Sumativa.

Yo entiendo que la evaluación es una pieza clave y que, aunque en ocasiones resulta muy difícil en la realidad escolar que nos rodea, debemos tener presente y no olvidar que cuando se programa se hace para una realidad, la evaluación desciende hacia las particularidades de cada alumn@. No se circunscribe exclusivamente al ámbito del aprendizaje sino que abarca todos los aspectos que intervienen en el aprendizaje: alumn@, profesor/a, actividades, espacio, tiempo, agrupamientos, etc.

Partiendo de esta base, siempre que le ofrezcamos a los alumn@s nuevos conocimientos deben de partir de objetivos reales, de experiencias propias y deben de estar adaptados a su ritmo de aprendizaje, ya que no podemos perder de vista que el alumn@ es el principal interesado en alcanzar su objetivo-meta. La evaluación debe de entenderse como un medio más que tenemos a nuestro alcance para mejorar la educación y el aprendizaje.

Durante todo este proceso, nosotros, los profesores debemos convertirnos en facilitadores, creadores de experiencias de aprendizaje, fomentando en el niño su creatividad e imaginación con el fin de sean capaces de opinar por ellos mismos y de adquirir un conocimiento crítico de todo aquello que les rodea, siendo conscientes y conocedores de cómo va a ser su proceso de evaluación y por consiguiente tomando un papel activo en este proceso, durante todo el cual debe de existir un "Feed Back" entre profesor-alumn@.

Para conseguir todo esto no hay nada mejor que hacerlo a través de aprendizajes que a los niños les resulten motivadores y significativos a su vez, hoy en día contamos con un amplio abanico de opciones ideales para conseguir esto (TIC), así como a través de aprendizajes activos y trabajos cooperativos. En mi aula disfruto mucho cuando propongo tareas o actividades en las que los alumn@s se necesitan entre sí para poder llevarlas a cabo, considero fundamental la relación entre iguales, hacer sentir a l@s niñ@s que son importantes y que pueden hacer muchas cosas por sí mismos, nada mejor para mejorar y fomentar su autonomía y autoestima. Por ello, también resulta muy productivo utilizar a los propios alumn@s como agentes evaluadores, enseñándoles que de los errores se aprende, eliminando ese sentido negativo que el concepto de "error" lleva consigo y entendiéndolo a su vez como una manera de que estás intentando algo y que para aprender es necesario equivocarse.

Pero a su vez, no debemos centrar la evaluación solo en el alumn@, también implica al profesor, ya que debemos evaluar nuestra propia práctica docente y, como anteriormente he comentado, entender la evaluación como una herramienta para mejorar nuestra labor docente.


Fuentes consultadas



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